jueves, 18 de diciembre de 2014






A veces dudo de mi propia existencia, de las decisiones del día a día,  de si el café tiene demasiado azúcar, de si la leche la prefieres natural, de si desnatada o semi, de si coger ese avión o subirme en otro. A veces…la mayoría de ellas nunca sabes lo que es lo correcto, lo que significa la palabra normal, o si esa persona volverá. Tus sentimientos te traicionan y tu intuición ya no es la de antes, es más fácil engañarte y es más fácil que te acuerdes de esa canción de los dos. Sin embargo, lo difícil es avanzar sin saber lo que es lo correcto, con esas dudas paseando por tu cabeza como quien anda sin calcetines en invierno. Ya no crees en esas tardes en que la lluvia te recogía en los portales, tampoco esperas el autobús para ir a tu casa, hace tiempo que todo dejó de ser una simple ilusión. Ahora solo te queda avanzar, coger ese avión y sentarte en el asiento asignado, completar tu curriculum y presentarte a una de esas sillas de despacho, fingir que lo tenías todo y ahora no tienes nada. Dejar pasar, dejarlo ir como prefieras describirlo, simplemente dejarlo estar, ya no es importante si era solo o con leche o si te levantabas más despeinada que otras veces; has dejado de creer por un tiempo, esa incertidumbre de que nada es lo que parece, de que todo va y viene, de que nada es para siempre, y tu te aferras a ello, vuelves a buscar en el cajón de los cajones buscando alguna pizca de lo que creías, pero no queda nada. Solo quien camina con los pies fríos en invierno, solo tú misma.


lunes, 20 de octubre de 2014







Un capricho más, otra vez. Un par de días y ya se te ha pasado el capricho, ya no sientes lo suficiente como para decir que no eres como yo. Como yo que cambio las sábanas y no me importa con quien. Un capricho más. Todo una fachada una imagen prefabricada de lo que crees que soy yo.  Pero realmente que eres tú... alguien más dando abrazos que solo me das a mi. Sabes que no es así que de aquí a unos meses la distancia será más que prudencial, el tiempo, tus objetivos, tus fiestas ya no entraré en tus planes. Porque si alguna vez entré fue porque quería volver a escuchar esa canción contigo, a estar en una cama con la más completa confianza. Tu siempre tan poco pudoroso, yo intentando que la sábana fuera más larga o lo suficiente para que no dejar nada a la imaginación. Luego salimos como dos personas más que una noche han decidido colgarse por unos simples momentos, pero simplemente eso, un capricho.

Un par de copas y yo ya no soy la tan reconocible persona que conoces y tu pasas a ser mi alter ego. Aquel que puede leerme lo que pienso, y lo que pienso de verdad te lo digo, un par de miradas, unas risas, un billete perdido y unos zapatos de tacón.

Otra vez me sabe a poco, me sabe a una noche más. Porque yo no soy como tú, pero tú eres como yo. Y lo malo de todo es que finges no saberlo.  Y así se queda como un niño encaprichado y alguien que le sigue la corriente. Esa soy yo. 

sábado, 6 de septiembre de 2014





Si volver a empezar fuera tan fácil como dos copas de vino no me lo pensaría en volver una y otra vez a tu lado. Pero resulta que no es así, que llegas a un punto que no sabes ni para quien son esas líneas o ese papel en blanco o ese perfume que tanto dice de ti. Ese punto en el que vuelves al insomnio y las palabras se atascan en tu garganta, un juego de miradas ya no es suficiente y un beso de buenas noches es algo tan ingenuo para ti que prefieres quedarte entre ese hueco entre la cama y la pared donde se ahogaron todas tus mentiras, donde me aferré a todos mis principios. Los que perdí, los que trato de recuperar. Porque ya no es el recuerdo de ti es una sensación de impotencia de no poder volver a recuperar esas palabras tan desgastadas, es el hecho de creer que alguien puede hacer eso y dormir por las noches. Porque créeme hablando claro se puede jugar con la gente…pero hasta que punto, no solo eran veintitrés, eras tú y ese tick nervioso, esa doble cara con la que sigues jugando. No voy a decir la palabra volveré, porque no volveré a ser la misma persona, simplemente intentaré dejarlo todo a mis principios. Aquellos que nunca me traicionan.

domingo, 4 de mayo de 2014



Por mucho que pase el tiempo todo el mundo necesita que le digan perdón, te echo de menos. Hubo una persona en mi vida que me dijo que no echaba de menos a nadie, eso no es posible, ni que quieras conseguirlo podrías. No echar de menos significaría que no sientes nada, que no sabes lo que es que se te desgarre el corazón, empaquetar cosas o pintar las paredes, agarrarte a la barra de un bar para no soltarte o volver a conseguir esa mirada. Esa misma persona me dijo que rescataba a la gente porque sino se perdía un trocito de cada uno, y es así. Se pierden muchos trozos por el camino y a veces todos de golpe, entonces siempre vuelve esa persona a la que nunca le dices, perdón te echo de menos. Tu madre. Ese trozo no se puede perder nunca, es irrompible.

Te quiero.



miércoles, 30 de abril de 2014



Dedicar el tiempo, siempre con la palabra en la boca de un no tengo tiempo, tengo prisa, ahora no puedo, no tenía tiempo para dedicartelo... realmente dedicar el tiempo, darle lo que sabes que nunca volverá, elegir el ahora, el compartir, el creer que vale la pena, que te merece, que te compensa como lo quieras llamar.
Dedicar el tiempo a otra persona, algo que no hacemos tan a menudo, que vivimos corriendo entre la hora del desayuno y el lo siento me tengo que ir, sentarte, esperar en un banco a que llegue alguien, despedirse y volverse a encontrar en una estación de esas que solo funciona la máquina de Coca-Cola. Dedicar el tiempo, ya no se lleva, para que poner ese esfuerzo, para que malgastar algo tan valioso, mejor quedarse entre tengo poco tiempo o nos vemos si eso media hora, esa sensación de esperar el momento con tanta ilusión porque sabes que puedes tirarte horas y horas sin el me tengo que ir en la boca. Esa atención repartida entre el reloj y tú, ya no existe, ahora quizás es mejor cualquier otra cosa,un gimnasio, un trabajo que te consume, un ordenador, una triste televisión, porque dedicar el tiempo ya no se lleva...

lunes, 7 de abril de 2014


"Don’t worry about where or who you’re going to be in five years. Like high school, you will look back and wish you had done so many things differently. Know that and do them differently now. Focus on what’s in front on you. Work on the relationship you have with yourself first. Slow down. Enjoy today. It’s okay to not know. Eat alone in restaurants. Stop trying to prove something. Seek growth instead of validation. Be heard. Have non- negotiables. Go somewhere. Pull from your Solid Self as much as you can. Process (get therapy). Don’t compartmentalize people. Love fearlessly, even if you’ve been crushed before. Eat clean. Toss your scale. Pull yourself out of the victim role. Exercise your forgiveness muscle (you will need this). Don’t be concerned with what others think of you. Accept your story. Don’t chase paper. Seek truth. Be patient"

- the angry therapist

martes, 18 de marzo de 2014

Las personas son capaces de instalar la rabia tan profundamente de manera que todo lo que habían construido a su alrededor quede reducido a lo que se podría decir nada o incluso peor, degradarlo de tal forma que cualquier recuerdo sea capaz de destruirte a ti misma. Lo malo de cuando decides arriesgarlo todo: la confianza, el cariño, el caracter, compartir, amor, odio... cualquier sentimiento; en el momento en que la otra persona instala la rabia en su interior es matar los momentos.  La historia no se puede borrar, los recuerdos forman parte de tu pasado y al final por querer demasiado acabas sabiendo cosas que era mejor dejarlas enterradas. Pero una vez piensas como empezó todo, miras y decides que así es el riesgo. Y que seguramente nada era lo que esperabas, nunca es lo que se espera, ni demasiado poco ni suficiente ni ese punto intermedio de equilibrio. Porque todo en sí es una locura, toda respuesta emocional por querer a alguien es un drama. Un drama con final feliz o malo, pero ten cuidado porque cuando se convierte en pesadilla o obsesion es cuando la rabia se queda dentro y no hay forma de ahogarla. Puedes sumergir todo lo que eres en un vaso de agua, reducirte a nada a ti misma, joderte de dolor... pero esas dos palabras ya no volveran. Ahora solo es un cuidate y dentro de unos años. Tú mismo dijiste que no hay tiempo para tantas personas, yo te di el mío, lo más valioso que tenia, decidí darle valor a esos momentos, construir algo, enseñarte cosas buenas y malas, pero nunca instalé mi rabia. Aunque las palabras fueron lo peor que me podían haber dicho, yo me quedaré con esos vocablos que se dicen un día sin querer y acaban convirtiéndose en todo lo que tienes.

domingo, 23 de febrero de 2014

sábado, 25 de enero de 2014




«Cerrar los ojos… no va a cambiar nada. Nada va a desaparecer simplemente por no ver lo que está pasando. De hecho, las cosas serán aún peor la próxima vez que los abras. Sólo un cobarde cierra los ojos. Cerrar los ojos y taparse los oidos no va a hacer que el tiempo se detenga.»





sábado, 11 de enero de 2014




Dijimos tantas cosas. Dijimos tantas cosas que casi todas se quedaron a la mitad, palabras bonitas, promesas rotas. Dijimos tantas cosas que lo más fácil era dejarlas ahí, ver como el tiempo pasaba y no había nada que celebrar. Dijimos tantas cosas que me cansaste al escucharlas, la rabia se instalaba en mi y poco a poco todo parecía más confuso. Dijimos tantas cosas que no nos dimos cuenta como pasaba el tiempo y como me separaba de ti.  Dijimos tantas cosas que la confianza se perdió por el camino y ya nada era como antes. Pero al menos las dijimos.