lunes, 20 de octubre de 2014







Un capricho más, otra vez. Un par de días y ya se te ha pasado el capricho, ya no sientes lo suficiente como para decir que no eres como yo. Como yo que cambio las sábanas y no me importa con quien. Un capricho más. Todo una fachada una imagen prefabricada de lo que crees que soy yo.  Pero realmente que eres tú... alguien más dando abrazos que solo me das a mi. Sabes que no es así que de aquí a unos meses la distancia será más que prudencial, el tiempo, tus objetivos, tus fiestas ya no entraré en tus planes. Porque si alguna vez entré fue porque quería volver a escuchar esa canción contigo, a estar en una cama con la más completa confianza. Tu siempre tan poco pudoroso, yo intentando que la sábana fuera más larga o lo suficiente para que no dejar nada a la imaginación. Luego salimos como dos personas más que una noche han decidido colgarse por unos simples momentos, pero simplemente eso, un capricho.

Un par de copas y yo ya no soy la tan reconocible persona que conoces y tu pasas a ser mi alter ego. Aquel que puede leerme lo que pienso, y lo que pienso de verdad te lo digo, un par de miradas, unas risas, un billete perdido y unos zapatos de tacón.

Otra vez me sabe a poco, me sabe a una noche más. Porque yo no soy como tú, pero tú eres como yo. Y lo malo de todo es que finges no saberlo.  Y así se queda como un niño encaprichado y alguien que le sigue la corriente. Esa soy yo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario