martes, 17 de octubre de 2017



Y esta vez te vas a pique a propósito te dejas, te olvidas, te descargas en ti misma. Y sientes, sientes algo desde hace tiempo. Quieres crear algo, quieres creer que lo estás haciendo bien. Pero necesitas tiempo, siempre necesitas pararte y bajar. No sabes cuando frenar y cuando frenas, frenas de golpe, sin mirar la vista atrás. Ahora bien, se trata de ir apretando los frenos poco a poco  para que no se desgasten. Eso es algo importante. Recuerdas cosas y cuentas algunas sin importancia, otras que no sabe nadie. Miras al norte, con el limite de ti misma. Traspasas secretos, palabras vacías y abrazos que faltaban. Y caes, sabes que vas cayendo, en tu misma trampa. Pero esta vez crees, crees en ti, en algo. Te decides, cuesta decidirse. Quizás lo más dificil es saber que una cosa u otra te llevará a diferente lugar. Y te vas acercando, vas comprendiendo esa parte. Esa que te habías negado a comprender, con renglones vacios de importancia, habitaciones de una sola noche, y abrazos sin sentido. Amigos que no iban a ningún lado, personas que no sabían querer, otros que decían no conocerte. Pero no se trata de eso. No hace falta conocer a nadie, no hace falta pensar en voz alta y leerle la mente. Solo hace falta querer y creer.