miércoles, 24 de abril de 2013



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-Vamos a un lugar más discreto dijo él.

Ella como ni siquiera sabía la calle donde estaba simplemente asintió con la cabeza.Por el camino escuchamos desde música de cuando tenía quince años como la Fuga hasta lo último de Cristal Fighters.  Llegamos aparcó el coche y el silencio dejaba respirar un aire de demasiada tensión. Así que enseguida se nos ocurrió que aún faltaba el vino.
Si el asqueroso vino que el fin de semana anterior había dicho que no volvería a probar.
Entre risas y esfuerzos conseguimos abrir el vino.

- Veo que estás hecha toda una experta.
- Jajaja practiqué la ultima noche con Sara.

Empezamos a beber. El vino rascaba la garganta así que solo faltaba en el ambiente, ponernos a fumar. Pero como no tampoco dijiste que no.

Finalmente salimos de la humareda del coche, y nos sentamos enfrente de la playa, con esa brisa de abril que piensas que no hace falta chaqueta pero en verdad te estabas congelando. Como no, él tampoco te iba abrigar mucho, de constitución era delgado.  Pero al menos se le ocurrió abrazarte.
Después de ese postureo, en verdad ya sabes lo que venía. Entramos en el coche.

Y luego de mirarte a los ojos mientras me quitaba el pantalón, segundos más tarde íbamos a tu casa, donde a la mañana siguiente no te acordarías de nada. Simplemente un vago recuerdo.. a tu lado.


- A medias.

martes, 2 de abril de 2013








Siempre que contamos una historia de nuevo, siempre, hay algún detalle que cambiamos como si realmente fuera aquello lo que sucedió.

lunes, 1 de abril de 2013





Demasiado tonta para meterme otra vez en líos de estos. Creerme que va a sonar el teléfono las 24 horas porque quieres verme o porque necesitas estar a mi lado. Cuando a veces simplemente es culpa tuya, por elegir tan mal, por dejarse llevar y que te arrastren contigo misma. Pierdes el norte, el sur y todo lo que se te ponga por delante. Por ver una película acompañada con alguien. A veces te preguntas si se puede tener mono de querer a alguien, igual que tienes mono a otras muchas cosas, como los cigarrillos o el café.  Tantas ganas de no querer estar sola que cualquier cosa te parece bien. Pero algo te dice que aunque eso suceda, nunca debería ser así  Cuanto más vayas,  menos ganas de tenerte. Y  lo malo de esperar es que siempre es demasiado pronto o demasiado tarde. Y cuando te das cuenta ya te has liado, ya has elegido mal otra vez y ya no sabes como volver. Luego es el momento en que piensas porque no jugaste tú esas cartas, porque no fuiste la que arrastraba  a la gente hacia en ti en vez de al revés. Quizás no tengas esa habilidad como mucho otros. Pero aún estás a tiempo de ser tú la que tiene las buenas cartas y él el que pierde. Simplemente tienes que verlo como un juego más. Porque he hecho muchas tonterías y seguramente tú no seas la primera ni la última.