sábado, 5 de agosto de 2017








A veces tienes el poder de decidir, buenos a veces no, siempre tenemos el poder de decidir una cosa u otra. Sin embargo, ese no es el problema. Las elecciones suceden constantemente algunas sin que nos demos cuenta, pero la mayoría de veces ni sabemos lo que queremos. Entonces te encuentras sentada en la escalera de tu portal y te preguntas porque has elegido eso y no otra cosa. Y vuelves, vuelves al pasado una y otra vez. Y tu mirada resulta tentadora y la situación se convierte en algo surrealista. Ya no eres tú el que me dice que me quede y yo tampoco lo voy hacer. Simplemente eliges, eliges una noche más o menos, pero  si a una experiencia más contigo.  Y por la mañana te vuelves a preguntar si realmente elegiste bien, si el pasado vuelve por alguna razón, si lo tenías que hacer, si iba a pasar si o si... Si realmente lo sabías. Y sí, no eras la única que te niegas a elegir o no lo aceptas, por eso se llama elegir. pero a veces no está en nuestras manos, hay algo que decide por ti.

 Aunque esta vez te miro y veo que no es lo mismo, que el pasado ha vuelto de alguna forma grata. Que de alguna forma hay ese no se qué y que porqué negarlo esta vez. Esta vez si elegiste.