Por un momento pensaba que me encontraba en una película de esas de desmadre y descontrol en que la chica pierde la ropa, y simplemente solo existe el deseo y la atracción. Da igual que sea de día de noche o por la tarde, ellos se vuelven locos por ese estado permanente de placer. Ese éxtasis en que solo cuando acabas te das cuenta de la locura. Del dejarse llevar solo por sentir...que a lo mejor es una experiencia más sin sentido, pero una experiencia de un desconocido mirándote a los ojos y haciéndote callar como si no hubiera mañana. Como si el reloj se hubiese parado y las horas entre las sábanas no se detuvieran. Y es que puede que no sepa lo que hago, nunca lo he sabido muy bien. Impulsos de última hora, nada relacionado con el amor...pero quizás si con encontrarse a uno mismo. O de escribir historias pasadas por agua






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