sábado, 4 de julio de 2015








Somos sujetos agarrados y atrapados en las pautas de la sociedad. Simples personas contradictorias que se piensan que pueden encontrar algo interesante en el otro en un simple intercambio de besos y caricias. Esperamos que la persona que se queda a dormir sea por algo más que ese simple intercambio. Nos creamos expectativas y fracasamos una y otra vez. Intentamos seguir esa intuición que te dice que es lo correcto lo que quieres mientras en la cabeza solo tenemos la idea de una sola persona.Ese tipo de persona que solo te encuentras una vez en la vida, ese tipo de persona que nunca es el momento ni el lugar adecuado o simplemente  es la que esperas encontrarte cuando te despastes por la mañana.  Porque sabes que no solo era un café, que no era una canción, ni una noche, había algún tipo de conexión algo que te complementaba. Y el mayor problema de todo es el recuerdo en tu memoria, esas malditas noches en las que no querías que se acabase nada  ni siquiera esa botella de vino. E intentas buscar y sigues sin encontrar y cuando todo acaba te sientas en un rincón y ves que has vuelto a fallarte a ti misma, que solo ha sido un intercambio y gritas y le dices que se vaya que no quieres que se quede a dormir. Y esperas solo esperas que alguien, que otra persona, aparezca solo para poder destaparte por la mañana y decirte: te quiero y mucho. Pero simplemente es una simple ilusión.  Y tú lo sabes.

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