domingo, 15 de noviembre de 2015





Creo que te hice de las personas más felices en ese momento. Que el tiempo que pasaste no lo tuviste con nadie, que esa sonrisa sincera que te regalaba era lo mejor que habías visto hasta entonces. Tu falta de empatía y tu elocuencia por mentir podía con todo. Pero algo te delató. No podías resistir ni comprender porque alguien pudiera dejarse llevarse por los sentimientos y las emociones tan sinceras, sin importarle nada más que tú en ese momento. No podías comprender importarle a nadie porque no eras lo suficiente, ni llegabas al mínimo de lo que tenemos por la palabra decente. Te pensaste que todo se iba arreglar, que podías comprar lo que tenías, que un perdona soy un completo idiota haría volver la mayor de esas sonrisas. Pero no, la habías perdido, para siempre, ese gesto de ingenuidad ese corre ya estoy lista, o el despertarse en la cama con alguien que te dedicase toda su atención y uno de aquellos abrazos tan poco vistos. Eso no lo podías echar a perder, sin embargo lo hiciste. Creo que te hice otra persona, simplemente me paro a pensarlo a veces cuando creo que cualquier sonrisa sincera puede arreglarlo todo.

Gracias.

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